53 Behobia San Sebastián
12 de noviembre de 2017
10:16 AM (tarde)
Como cada segundo domingo del mes de noviembre, la Behobia llegó fiel a su cita. La Behobia: esos 20 kilómetros que separan Behobia de Donostia, ese perfil rompepiernas, esa marea casi infinita de público a lo largo de todo el recorrido, esos puntos de animación musical, esa carrera por la que todos los no practicantes del footing te preguntan, esa escala que utilizan los no practicantes para clasificarnos a los corredores aquí en Gipuzkoa.
Nunca me la planteo como objetivo principal pero su lugar en el calendario hace que siempre llegue en condiciones de hacer un buen papel. Y ayer no fue una excepción. Llegaba bien preparado (de cara al 10k de l Maratón) y descansado de la poco exigente semana de entrenos.
Los pronósticos apuntaban a un buen día para correr y se cumplieron las previsiones. Buena temperatura, lluvia fina o inexistente y ausencia casi total de viento. En resumen, un día para correr y mucho.
Al igual que Norman, yo me acosté con un sueño, y con dos y hasta con tres. Puede cumplir uno y otro a medias. El tercero tendrá que esperar. Pero llegará. Soñé con cruzar la meta del Boulevard, con hacerlo en compañía de Aitor y de Norman y de hacerlo por debajo de 1h20. En ese orden de prioridad.
La carrera comenzó un par de horas antes de nuestra salida, cuando Ibon y Olaia m recogieron en el portal después de haber pasado a por Julen y antes de hacer lo propio con Aitor y con Xabi. El equipo EGFisios casi al completo en el coche. Hasta pudimos hacernos una foto en Behobia.
Apuramos el tiempo en un bar de Behobia y salimos a calentar (quizás demasiado tarde). Corrimos hacia nuestra cajón y ahí nos juntamos con Norman y un buen grupo de corredores de Hernani que iban capitaneados por Sergio Román.
Pistoletazo de salida y al lío. Primer kilómetro para toma de posiciones y a la espera de su se estire el grupo para poder rodar cómodos. Poco antes del segundo kilómetro empiezo a notar un pinchazo en el costado derecho. El temido flato parece que quiere unirse a la fiesta. Intento acompasar la respiración con la esperanza de que desaparezca. Viendo que va a más, se lo comento a Aitor y no duda en ponerse delante. A partir de ahí, todo son atenciones hacia mí: agua, ritmo, distracciones para no pensar en el dolor, ánimos,… Van pasando los kilómetros y, para mi sorpresa, la sangría de segundos no es tan grande. Aunque el primer sueño pasa a ser la única prioridad, pasamos el ecuador en 40:05. El tercer sueño está cerca.
Los pinchazos no desaparecen y el sufrimiento es cada vez mayor. Pasamos los 15k en 1:00:18. Tan cerca y tan lejos. El último 5.000 se me hizo muy duro. Ya sólo pensaba en llegar a meta sin importar el tiempo. No lo pude hacer con Aitor y con Norman pero al menos sí CON Aitor y, sobretodo, GRACIAS A Aitor.
No fue la Behobia soñada pero fue una gran Behobia. Un aprendizaje más. Experiencias como la de ayer ponen más en valor, si cabe, la importancia de disfrutar del camino.
Aunque sea un clásico, gracias por los ánimos desde el otro lado: Olatz y familia, la Ama, Karlos, la Rubia, Ángel Delgado, Dani Oikili, Romain (Tifoso), Ibon, Olaia, Krutx, Ainhoa, Jon Alberdi, y seguro que alguno más al que no oí.
Ahora a poner todo en su sitio y a entrenar para el 26N.